Viajar sola y aprender a poner límites: Mi historia como mujer en Australia

Written By Maria Olivia Sepulveda

Viajar sola es una de las decisiones más valientes y enriquecedoras que he tomado en mi vida. No se trata solo de recorrer nuevos caminos o descubrir culturas fascinantes. Se trata también de descubrirte a ti misma en los momentos de soledad, en los silencios de un atardecer y en las pequeñas decisiones cotidianas. Sin embargo, también aprendí que, como mujeres, estamos expuestas a experiencias difíciles. No todas las historias son dignas de postal. Algunas nos enseñan a poner límites, a valorarnos y a nunca ignorar las banderas rojas.

Estar sola no significa aceptar lo que sea

Durante mi viaje por Australia, un país lleno de contrastes, playas infinitas y personas de todos los rincones del mundo, me encontré con una situación que jamás imaginé vivir. Estaba conociendo gente nueva, adaptándome a una nueva ciudad y, como muchas viajeras, sentía esa mezcla de emoción e incertidumbre. A veces, también sentía soledad. Y es justo ahí, cuando el corazón se siente más frágil, que podemos caer en relaciones que no merecen un espacio en nuestra vida.

Conocí a alguien que, al principio, parecía amable y atento. Pero con el tiempo, sus palabras comenzaron a cambiar de tono. No hubo golpes… pero sí hubo palabras hirientes, amenazas, silencios incómodos, y ese tipo de manipulación sutil que te hace dudar de ti misma. Esa también es violencia. Una que muchas veces no se ve, pero se siente profundamente.

Las banderas rojas que no debemos ignorar

Cuando una está lejos de casa, puede costar identificar señales de alerta. A veces normalizamos conductas porque pensamos que son parte de una cultura diferente, o porque simplemente no queremos estar solas. Pero si algo aprendí de esta experiencia es que debemos escuchar nuestras intuiciones. Aquí algunas señales que aprendí a reconocer:

  • Si esa persona quiere saber dónde estás todo el tiempo y se molesta si no respondes rápido.

  • Si se hace la víctima constantemente y usa tus errores en su contra.

  • Si critica a tus amigas o intenta alejarte de ellas.

  • Si te ofrece ayuda económica como forma de control.

  • Si te hace sentir culpable cuando no haces lo que quiere.

Estas son señales de manipulación emocional. Y aunque puedan venir disfrazadas de amor, atención o preocupación, no lo son.

Amor propio como brújula de viaje

Cuando tu amor propio está bajo, es fácil conformarse con migajas. Es fácil pensar que alguien que te “acompaña” es mejor que estar sola. Pero no. Estar contigo misma es siempre una mejor opción que estar con alguien que no te respeta.

Lo que me ayudó fue volver a mis raíces. Llamar a una amiga. Escribir en mi diario. Hacer actividades que me llenaran de energía positiva. Caminar junto al mar. Recordarme por qué decidí viajar sola en primer lugar: para crecer, para conocerme, para aprender.

Rodearte de personas que te eleven, aunque no estén físicamente cerca, puede hacer toda la diferencia. Y si no tienes una red de apoyo, existen recursos y profesionales dispuestos a ayudarte.

Qué hacer si sientes que estás en una relación dañina

Si estás pasando por una situación similar durante tu viaje, ya sea en Australia o en cualquier parte del mundo, no estás sola. Existen líneas de ayuda, organizaciones y personas que te pueden acompañar en el proceso de salir de una relación abusiva.

En Australia, puedes llamar a:

  • 1800RESPECT (línea de ayuda confidencial para casos de violencia): disponible 24/7.

  • 000 en caso de emergencia.

  • Puedes acudir a una corte de familia si necesitas una orden de alejamiento. No importa tu visa ni tu nivel de inglés: puedes pedir un traductor gratuito.

Yo lo hice. Puse una orden de alejamiento. El proceso no fue fácil, pero sí fue liberador. El juzgado de familia me apoyó y eso me devolvió un poco de la paz que había perdido.

Recursos que me ayudaron a entender lo que viví

Quiero compartir contigo algunos recursos que me ayudaron a identificar lo que estaba viviendo:

Ver estos videos me ayudó a darme cuenta de que no era la única, que lo que estaba viviendo tenía nombre y que merecía algo mejor.

Consejos finales para mujeres que viajan solas

Viajar sola no es sinónimo de estar desprotegida. Es sinónimo de libertad, de valentía, de autoconocimiento. Pero esa libertad también implica ser responsables de nuestro bienestar emocional y físico. Aquí te dejo algunos consejos que ojalá nunca necesites, pero que es mejor tener:

  • Confía en tu intuición. Si algo no te cuadra, no lo ignores.

  • Establece límites claros. No tienes que aceptar comportamientos que te hagan sentir mal.

  • Mantente conectada. Llama a tus amigas, familia o a alguien de confianza.

  • Cuida tu energía. Evita relaciones que drenan tu paz.

  • Infórmate sobre los recursos locales. Conocer las líneas de ayuda y servicios legales puede ser clave.

Recuerda: No estás sola. Tu historia es válida, tu experiencia cuenta. Y tu bienestar es más importante que cualquier compañía momentánea. En Sin Itinerario Viajes comparto experiencias reales para que otras viajeras se sientan acompañadas, fuertes y seguras en sus caminos. Porque viajar también es aprender a cuidarnos.

¿Te sentiste identificada con esta historia? ¿Has vivido algo similar? Cuéntame en los comentarios o comparte este post con alguien que lo necesite. 🧭✨

Maria Olivia Sepulveda