Comida en Australia 2025: Lo que Nadie te Cuenta (y que Necesitas Saber)
Una guía real, útil y honesta para quienes emigran o viajan por Australia
Cuando llegué a Australia hace más de seis años, uno de mis mayores temores no fue el idioma, ni encontrar trabajo, ni siquiera acostumbrarme a manejar por la izquierda. Fue algo mucho más cotidiano: ¿cómo iba a ser la comida?
En Chile tenía mi rutina: marraquetas recién horneadas, cazuelas con verduras de la huerta de mis padres, lentejas que perfumaban toda la casa. La mesa era refugio y costumbre. Pero en mi primer supermercado en Perth me encontré con un mundo distinto: pasillos interminables, productos que no entendía y precios que, para alguien recién llegado, parecían sacados de un chiste cruel.
Al mudarme a Melbourne, la confusión siguió. Una de mis primeras batallas fue en la sección de carnes y fiambres. No tenía idea de cómo pedir un corte de carne ni cuáles eran equivalentes a los cortes chilenos. En la charcutería me pasó lo mismo: pedir “un cuarto de jamón” o “un cuarto de queso” no funcionaba, porque aquí todo se mide en gramos o kilos. Lo normal es decir “200 grams of ham” o “250 grams of cheese”.
Ese detalle, tan simple, me hizo sentir completamente perdida. Con el tiempo, aprendí a traducir los cortes y adaptarme a la forma australiana de comprar. Hoy ya sé qué pedir cuando quiero algo parecido a la posta (sirloin o rump steak) o cuando necesito un corte para guiso (chuck steak). Y, aunque sigo pensando en “un cuarto de jamón”, ya se me escapa con naturalidad un: “200 grams, please”
El precio de comer en Australia en 2025
En estos seis años he visto cómo los precios cambiaron abruptamente. Lo que antes costaba AU$2.50 hoy está cerca de los AU$5.
El gasto promedio de una persona en supermercados ronda los AU$178 por semana (unos AU$771 al mes).
En Tasmania es aún más caro: puede subir a AU$227 semanales.
El kilo de pechuga de pollo está alrededor de AU$10.20, una docena de huevos en AU$6, y un kilo de tomates en AU$4.50–4.80.
Para comparar, en Aldi una canasta básica puede ser hasta un 15% más barata que en Coles o Woolworths.
Aprender a adaptarse al paladar
El primer choque cultural lo viví en el desayuno. En Chile, una marraqueta con palta era felicidad. Aquí, de pronto me ofrecían sourdough toast con huevo pochado y café con leche de avena.
Y después está el famoso Vegemite. No voy a mentir: la primera vez lo odié. Era salado, intenso, y pensé que nunca más lo probaría. Hoy, confieso que lo uso de vez en cuando en tostadas con mantequilla, y no me parece tan terrible.
Lo que me enamoró fue la diversidad gastronómica: curry indio, dumplings chinos, ramen japonés, shawarma libanés. En un mismo mes puedes recorrer el mundo con tu paladar. Y sí, también encontré empanadas chilenas en ferias latinas de Perth y Melbourne, aunque un poco más caras de lo que pagarías en Santiago.
Apps y trucos que salvan
Si me hubieras visto en mi primer mes, habrías pensado que me iba a quedar a vivir en el pasillo de las legumbres tratando de descifrar etiquetas. Hoy, la cosa es distinta gracias a estas apps:
WiseList: compara precios entre Woolworths y Coles.
Frugl: muestra qué productos están más baratos en la semana.
Half Price: caza descuentos a mitad de precio.
OzBargain: comunidad que comparte ofertas de todo tipo.
Mi consejo: no te cases con un solo supermercado. Haz una lista, revisa las apps y aprovecha las ofertas. Con eso, puedes bajar fácilmente un 15–20% de tu gasto mensual.
Make it stand out
Whatever it is, the way you tell your story online can make all the difference.
Grocery swaps: cuando no encuentras lo de casa
Uno de los dolores de cabeza más grandes es no encontrar ingredientes que usábamos en Chile o Latinoamérica. Pero con los años aprendí a hacer “grocery swaps” que funcionan igual:
Si buscas porotos granados y no hay, usa lentejas rojas o verdes (baratas y fáciles de conseguir).
Para reemplazar quinoa importada (que cuesta un ojo de la cara), usa cous cous o arroz integral.
El pan amasado puedes hacerlo con harina común de Aldi o Coles; la diferencia de sabor está más en el proceso que en el producto.
Si extrañas un ají chileno, busca en tiendas asiáticas: a veces encuentras alternativas parecidas más baratas que en tiendas latinas.
Ejemplo real: mi compra semanal
La semana pasada, con lista en mano y apps abiertas, esto fue lo que gasté (viviendo en Perth, WA):
Pan integral: AU$2.70
Leche 2 L: AU$2.35
Huevos (12): AU$6.30
Arroz integral 1 kg: AU$2.90
Pollo pechuga 1 kg: AU$10.50
Tomates 1 kg: AU$4.70
Lechuga: AU$2.65
Manzanas 1 kg: AU$4.00
Plátanos 1 kg: AU$3.70
Verduras mixtas: AU$6.00
Café molido 250 g: AU$7.50
Total: AU$52.80 (aprovechando algunas ofertas).
Hace unos años, con la misma lista, me habría costado AU$35–40. Ese es el cambio brutal que he visto.
Comer fuera: ¿vale la pena?
Salir a comer en Australia no es barato. Un almuerzo sencillo en un café ronda los AU$15–20, mientras que una cena en restaurante puede superar los AU$40 por persona.
Mi estrategia:
Comer fuera máximo 1–2 veces por semana.
Guardar esa experiencia para probar algo distinto (un ramen o un curry auténtico) y no para pedir “lo mismo que puedo cocinar en casa”.
Lo que me hubiese gustado saber antes
Que la comida es parte del proceso migratorio: extrañar sabores de casa es normal.
Que los precios varían muchísimo por estado: Tasmania es más cara, WA suele ser más estable.
Que adaptarse no significa olvidar tu cultura: puedes mezclar un arroz con huevo estilo chileno con verduras australianas frescas y tener lo mejor de ambos mundos.
Y que, aunque al principio parezca imposible, sí se puede comer rico, sano y sin gastar una fortuna en Australia.





Comer en Australia es un viaje en sí mismo. Es reencontrarte con tu identidad a través de la nostalgia, pero también abrir la puerta a sabores nuevos. Sí, los precios suben, los supermercados abruman y los productos no siempre son los mismos. Pero si aprendes a cocinar, usar apps y hacer pequeños “grocery swaps”, te prometo que tu experiencia será más liviana.
Al final, cada plato cuenta una historia. Y en este viaje, la tuya recién comienza.
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Este artículo fue actualizado por última vez en septiembre de 2025 para asegurar que la información sea actual y útil para tu viaje.